El motivo de este blog es guiar la preparación de la materia de Historia de la Filosofía de cara a la prueba PAU. Siendo en apariencia terrible se puede domesticar con la sugerencias que aquí aparecerán.
Llega el momento de trabajar. Una vez que toda la información se ha trabajado y se ha conectado con los autores estudiados hasta el momento hay que sacarla partido. Mediante comentarios a esta entrada se debe señalar de forma esquemática con qué autor y en qué cuestión se va a usar los datos trabajados.
Como todo esquema, sólo será útil si en la menta del autor de la entrada va la conexión de esa información. Luego, cuando se elaboren las diferentes partes del examen se debe tener claro como hacer uso de esa referencia.
A modo de ejemplo podría ser:
DESCARTES, TEMA DEL CONOCIMIENTO, NECESIDAD DE UN NUEVO MÉTODO, COPÉRNICO, RENOVACIÓN ASTRONÓMICA.
Como se ha indicado arriba, este esquema debe suponer un párrafo que podría ser:
Descartes, primer pensador moderno, parte de la necesidad de hacer una renovación en la Filosofía y por extensión en lo que debe entenderse por ciencia. Esta necesidad viene condicionado por los cambios que se estaban produciendo a principio del XVII, motivados por la sacudida de la nueva astronomía copernicana. Su eficacia explicativa y simplificadora de la cosmología ptolemaica, hacia posible un cuestionamiento de la imagen heredada de Aristóteles, lo que invitaba a pensar que su sistema en conjunto debía ser sustituido por uno que fuese acorde con esos descubrimientos.
AQUÍ APARECEN DESCRITOS LOS DOS SISTEMAS QUE COMPITEN EN EFICACIA POR DAR CUENTA DE LOS FENÓMENOS CELESTES.
SISTEMA PTOLEMAICO
En
el sistema Ptolemaico, cada planeta es movido por dos o más esferas: una esfera
es su deferente que se centra en la
Tierra, y la otra esfera es el epiciclo
que se encaja en el deferente. El planeta se encaja en la esfera del epiciclo.
El deferente rota alrededor de la tierra mientras que el epiciclo rota dentro
del deferente, haciendo que el planeta se acerque y se aleje de la tierra en
diversos puntos en su órbita, inclusive haciendo que disminuya su velocidad, se
detenga, y se mueva en el sentido contrario (en movimiento retrógrado). Los
epiciclos de Venus y de Mercurio están centrados siempre en una línea entre la
Tierra y el Sol (Mercurio más cercano a la Tierra), lo que explica por qué
siempre se encuentran cerca de él en el cielo. El orden de las esferas
Ptolemaicas a partir de la Tierra es: Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte,
Júpiter, Saturno, Estrellas fijas.
El
modelo del deferente-y-epiciclo había sido utilizado por los astrónomos griegos
por siglos, como lo había sido la idea del excéntrico (un deferente levemente
desviado del centro de la Tierra). En la ilustración, el centro del deferente
no es la Tierra sino la X, haciéndolo excéntrico.
Desafortunadamente,
el sistema que estaba vigente en la época de Ptolomeo no concordaba con las
mediciones, aun cuando había sido una mejora considerable respecto al sistema
de Aristóteles. Algunas veces el tamaño del giro retrógrado de un planeta (más
notablemente el de Marte) era más pequeño y a veces más grande. Esto lo impulsó
a generar la idea de un ecuante.
El ecuante era un punto cerca del centro de
la órbita del planeta en el cual, si uno se paraba allí y miraba, el centro del
epiciclo del planeta parecería que se moviera a la misma velocidad. Por lo
tanto, el planeta realmente se movía a diferentes velocidades cuando el
epiciclo estaba en diferentes posiciones de su deferente. Usando un ecuante,
Ptolomeo afirmaba mantener un movimiento uniforme y circular, pero a muchas
personas no les gustaba porque pensaban que no concordaba con el dictado de
Platón de un "movimiento circular uniforme". El sistema resultante,
el cual eventualmente logró amplia aceptación en occidente, fue visto como muy
complicado a los ojos de la modernidad; requería que cada planeta tuviera un
epiciclo girando alrededor de un deferente, desplazado por un ecuante diferente
para cada planeta. Pero el sistema predijo varios movimientos celestes, incluyendo
el inicio y fin de los movimientos retrógrados, medianamente bien para la época
en que se desarrolló.
EL SISTEMA COPERNICANO
En
1543 la teoría geocéntrica enfrentó su primer cuestionamiento serio con la
publicación de De Revolutionibus Orbium Coelestium
de Copérnico, que aseguraba que la Tierra y los demás planetas, contrariamente
a la doctrina oficial del momento, rotaban alrededor del Sol. Sin embargo, el
sistema geocéntrico se mantuvo varios años, ya que el sistema copernicano no
ofrecía mejores predicciones de las efemérides cósmicas que el anterior, y
además suponía un problema para la filosofía natural, así como para la
educación religiosa.
Con
la invención del telescopio en 1609 y las primeras observaciones realizadas con
él por Galileo Galilei. Como el hecho de que Júpiter tuviese lunas cuestionaba
el geocentricismo de manera colateral, pero no suponían ninguna amenaza seria
para la teoría en su conjunto. Sin embargo, en diciembre de 1610, Galileo usó
su telescopio para mostrar que Venus tiene fases, igual que la Luna. Estas
observaciones eran incompatibles con el sistema tolemaico. Tolomeo colocaba a
Venus dentro de la esfera del Sol (entre el Sol y Mercurio) de un modo
arbitrario; del mismo modo podría haber intercambiado Venus y Mercurio y
ponerlos al otro lado del Sol, o hecho cualquier otro arreglo con estos
planetas, siempre que estuvieran cerca de una línea que fuese desde la Tierra a
través del Sol.
Los
astrónomos de este período vieron el resultado de este hecho insalvable para la
cosmología tolemaica, si el resultado se hubiera aceptado como cierto. Como
resultado, a finales del siglo XVII la competición entre las dos cosmologías se
centraba en las variaciones de Tycho Brahe (en las que la Tierra era todavía el
centro del Universo, y alrededor suyo giraba el Sol, pero todos los demás
planetas giraban alrededor del Sol), o variaciones del sistema copernicano.
En este vídeo se puede ver de forma más clara los dos sistemas descritos.
Es importante tener en cuenta elementos, aparentemente no científicos, que se hallan presentes en la incomodidad que acaba determinando el paso de un paradigma a otro. este es el caso del problema del calendario que a continuación se expone.
El
calendario gregoriano es el usado en la actualidad internacionalmente, y el
propio del mundo occidental. Constantino, además de establecer el descanso
semanal, decretó varias fechas fijas para celebrar fiestas, como Navidad. Pero
se planteó un problema para determinar la fecha de la Pascua de Resurrección, y
es que había sido durante la pascua judía, y esta, al depender de un calendario
de base lunar, era una fiesta móvil en el calendario solar. La cuestión de la
determinación de la Pascua de Resurrección se trató de resolver en el primer
concilio de Nicea (325), el primer gran concilio de la cristiandad, y el de la
creación de una Iglesia universal (católica) que estuviese ligada al Estado.
Entre todos los dogmas y doctrinas que salieron del concilio, a nosotros nos
interesa la solución que dieron para fijar la fecha de la Pascua de
Resurrección: el primer domingo posterior a la primera luna llena después del
equinoccio de primavera, excepto si coincidía con la pascua judía. Ante la imposibilidad,
para la época, de precisar cuándo se produciría el siguiente equinoccio vernal
se decretó que fuese, invariablemente, el 21 de marzo. Esta solución planteará
un problema muy grave para los cristianos, cuando se haga evidente que el
calendario juliano pierde un día cada 128 años, y por lo tanto cada año se
hacía más notorio que la fecha de la Pascua de Resurrección se atrasaba con
respecto al equinoccio. Además, hubo dos fórmulas para calcular la fecha de la
Pascua; la de los astrónomos de Alejandría, que tomaba como referencia el 21 de
marzo y la de la Iglesia de Roma que tomaba como referencia el 25 de marzo. Con
el tiempo se celebraría la Pascua en fechas diferentes. Se hacía necesaria una
reforma.
El
nuevo calendario surgirá de la reforma que el papa Gregorio XIII (1502-1585)
ordenó hacer para compensar las desviaciones del calendario juliano y hacer
coincidir el año civil con el año trópico. La tarea recayó en una comisión, que
dirigida por Cristóbal Clavio que basándose en los cálculos Luigi Lilio (el
auténtico artífice de la reforma), presentó el nuevo calendario al papa. Los
cálculos supusieron un día medio de 24 horas y un año medio de 365 días, 5
horas, 49 minutos y 20 segundos (26 segundos más que el año real). Para ello se
alternarían años de 365 días, años de 366 días. El calendario gregoriano
intercala un año bisiesto cada cuatro años, pero no cuenta como bisiestos los
años seculares (los que terminan en doble cero: 1800, 1900, 2000), excepto
cuando las dos primeras cifras son múltiplo de 4, como el 2000. Esta excepción
se produce porque con los cálculos de Luigi Lilio se produce un error de un día
134 años, o lo que es lo mismo 3 días cada 402 años. Había, pues, que suprimir
tres días cada 402 años. Como esta cifra está relativamente cerca de 400 se
acordó que no fuesen bisiestos los años terminados en doble cero (100, 200 y
300) pero sí el 400 y sus múltiplos. De esta manera se produce un error de sólo
un día cada 3323 años. No obstante, si se suprimiese un año bisiesto cada 128 años,
el error acumulado sería menor a un día cada 100.000
años. El calendario se adoptó en 1582 y como en los 1.257
años de vigencia del calendario juliano se habían acumulado 10 días de retraso,
se estableció que el día siguiente al 4 de octubre de 1582 fuese el 15 de
octubre de 1582. El año comienza el 1 de enero. El calendario gregoriano
consta de doce meses: enero (31 días), febrero (28 ó 29), marzo (31), abril
(30), mayo (31), junio (30), julio (31), agosto (31), septiembre (30), octubre
(31), noviembre (30) y diciembre (31); y de una semana de siete días: lunes,
martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo; que es independiente del
mes. Para el cómputo eclesiástico el primer día de la semana es el domingo. Los
días del mes se numeran correlativamente.
EL SISTEMA PTOLEMAICO EMPIEZA A CUESTIONARSE YA EN LA EDAD MEDIA DESDE EL PENSAMIENTO NOMINALISTA
EL PENSAMIENTO NOMINALISTA.
La posición nominalista consistió en afirmar
que un universal - como una especie o un género - no es
ninguna entidad real ni está tampoco en las entidades reales. Los universales
son simplemente nomina (nombres), voces (vocablos) o termini (términos). El nominalismo
sostiene que sólo tienen existencia real los individuos o las entidades
particulares.
DURAND DE SAN POURÇAN (+ 1334)
Concibió lo universal como una abstracción de
la mente, como una forma indeterminada o que designa lo indeterminado del
individuo. Sólo existe en el pensamiento y de manera confusa. El conocimiento
del particular es el primero y origen de los demás.
PEDRO AUREOLO (+ 1322)
No puede haber forma aparte de la materia, ya
que la esencia de la forma es precisamente la de informar la materia. Sólo la
experiencia puede proporcionar un saber; toda intervención de formas especiales
que permitan un acceso a lo inteligible es un ejemplo de aquella multiplicación innecesaria de entes.
GUILLERMO DE OCCAM (1298 - 1349)
Supone la
separación de filosofía y teología, con lo que acaba con la escolástica. También
supone un cambio en la concepción del universo por la crítica a Aristóteles. El
conocimiento se produce de forma directa (a través de los sentidos) y siempre
de las realidades individuales. Hay
un conocimiento abstracto que presupone conceptos que se forman espontáneamente
en el intelecto. Los conceptos son signos lingüísticos proferidos, escritos o
concebidos. Postuló el principio de economía intelectual (navaja de Occam); no hay que suponer más entes de los necesarios
para explicar los hechos Rechazó los principales conceptos de la metafísica y
física aristotélica. Habló de una naturaleza
única y de que ésta no es huella de Dios sino que está para experimentar con ella.
LA CIENCIA DEL SIGLO XIV.
Se trataba
de explicar dos tipos de movimiento: proyectiles
y caída de graves. La explicación aristotélica del movimiento en términos
de movimiento violento y natural no era satisfactoria. Aparece la teoría del ímpetus. Se la ha considerado como un
antecedente de la noción galileana de inercia. Apareció como un intento de
explicar sobre todo el movimiento de los proyectiles.
JUAN BURIDAN (ca.1300 - ca.1358)
Ejerció
dentro del pensamiento occamista y especialmente en el ámbito lógico. El
ímpetus se determinaba en función de dos cantidades: velocidad inicial y cantidad de materia. Se aplicó también a la
caída de graves con lo que unificó los dos tipos de movimiento.
ALBERTO DE SAJONIA (ca.1316 - 1390)
Desarrolló
la teoría del ímpetus y en particular la llamada doctrina de los pesos, lo cual le llevó a una investigación del
problema de la gravedad. Se ocupó asimismo del problema de la relación entre
espacio recorrido, tiempo y velocidad, estableciendo que esta última es
proporcional al espacio recorrido.
NICOLAS DE ORESME (+ 1362)
Es considerado como
un precursor del hombre universal
renacentista a causa de la amplitud de sus intereses intelectuales. Se
ocupó de filosofía, física, matemáticas, astronomía, astrología y economía. Insistió
en la descripción matemática de
procesos físicos. Desarrolló un método
gráfico que consistía en el uso de figuras bidimensionales para representar
los movimientos de los cuerpos. Utilizó una línea para el tiempo y otra para
las velocidades. Postuló la rotación de la Tierra para simplificar el
movimiento ptolemaico.
COMO CONSECUENCIA DEL PROGRAMA ARISTOTÉLICO, LA ESCUELA DE ALEJANDRÍA PROPONE UN DESARROLLO DE DIVERSAS CIENCIAS, INCLUIDA LA ASTRONOMÍA CON ESPECIAL ATENCIÓN A PTOLOMEO
Ptolomeo y Ptolomeo Filadelfio inspiraron y
potenciaron la Biblioteca al tiempo
que ampliaron el Museo. Tenía en
nómina a más de cien profesores que recibían un sueldo del estado. La
Biblioteca comprendía más de medio millón de rollos, además había un zoológico,
jardines, sala de disección y observatorio astronómico.
MATEMATICAS.
Euclides
(330/260 a.C.), primer encargado
del departamento de matemáticas del Museo. Su principal obra "Elementos" es una exposición
de la geometría elemental y de teoría de los números. Supone el primer sistema axiomático de la historia.
Apolonio
de Pérgamo (220 a.C.), sólo se
conserva una de sus obras "Las
Cónicas". Dominó totalmente la materia y sus ideas se utilizaron hasta
el XVII.
Arquímedes
de Siracusa (287/212 a.C.), primer
ingeniero de la historia. Aplicó sus conocimientos matemáticos a la solución
práctica de problemas. Supuso una crucial aportación a la estática y la
hidrostática. Su mayor obra aritmética es el "Arenario". En su obra el "Método" resuelve mecánicamente algunos problemas matemáticos.
ASTRONOMÍA.
Aristarco
de Samos(310/230 a.C.), para salvar los fenómenos propuso la tesis de que
el Sol estuviese en el centro. Su principal obra es "Sobre
las dimensiones y las distancias del Sol y de la Luna".
Eratóstenes
de Cirene (275/194 a.C.),
primero en encontrar una medida de la Tierra y en medir la eclíptica.
Hiparco
de Nicea (190/120 a.C.),
inventor de la trigonometría,
fundamental para la astronomía. Consiguió hacer la primera tabla de senos.
Midió la eclíptica con más exactitud que Eratóstenes. Calculó el calendario con
un error de seis minutos, catalogó 1080 estrellas y notó el movimiento de
precesión. Precisó el sistema de epiciclos
y deferentes que utilizaría
Ptolomeo. Afianzó el geocentrismo frente a Aristarco.
Ptolomeo
(140 a.C.), sus obras, "Almagesto y Tetrabiblos"
fueron fundamento de la astronomía hasta Galileo y Copérnico. Supuso la primera
sistematización matemática de los
movimientos celestes y marcó toda la investigación posterior.
Lo primero a hacer es repasar lo que se cambia. Por ello, se ha de tener claro qué modelo físico y de conocimiento entra en crisis y da lugar al cambio científico que da pie al pensamiento moderno.
La
física aristotélica es cualitativa y no cuantitativa. Lo que sucede en
el mundo no puede ser matematizado porque es absolutamente heterogéneo: es el
mundo de los cambios, del movimiento, de la diversidad, de los fines. La
naturaleza se manifiesta como diversa y esto no es una apariencia, sino su
intrínseca realidad. Sin embargo, hay una región del cosmos que presenta tal armonía que no puede ser explicada
de manera similar a como se hizo con la naturaleza: el cielo. Es ésta
una región del orden, donde suceden también cambios pero absolutamente
predecibles, regulares, estables. El sol sale todos los días y los ciclos
lunares se repiten incansablemente sin variación. La cosmología Aristotélica va a diferenciar, por lo tanto,
entre dos regiones del cosmos que no son reductibles la una a la otra: el mundo
sublunar y el mundo supralunar
El primero es la región del cosmos
que abarca aquella parte situada por debajo de la luna (sin incluir esta
última): la región terrestre, nuestro mundo. Ya vimos en la Física que lo que
caracteriza a esta región es el cambio, tanto substancial como accidental.
Continuamente nacen y perecen seres; otros modifican su tamaño, su peso, sus
colores, su posición o alguna otra cualidad. No hay quietud. Es nuestro mundo
móvil y heterogéneo.
Los
movimientos característicos de los seres del mundo sublunar son finitos,
es decir, tienen un principio y un fin, y rectilíneos, (ascendentes o
descendentes). (Empíricamente, en la experiencia no se observan líneas rectas
infinitas). Todos los cuerpos que componen esta región están compuestos de cuatro
elementos últimos que poseen distintas naturalezas y distintos lugares
naturales a los que tienden para encontrar el reposo: La tierra es el
elemento más pesado y tiende a ocupar su lugar natural, que es el centro de la
tierra. A ésta le sigue el agua, que se sitúa inmediatamente por encima
. Después se halla el aire y, por último, el fuego, que es el
elemento más ligero y tiende una tendencia intrínseca a dirigirse hacia la
periferia del mundo. Así, los movimientos que observamos en los distintos seres
se deben a la tendencia de cada elemento que lo compone a ocupar su lugar
natural: si tiramos una piedra, ésta cae porque busca recuperar su lugar
propio, el centro del mundo, restaurando así el orden perdido.
Los
movimientos naturales de los cuerpos terrestres son rectilíneos,
ascendentes (fuego, aire) y descendentes (tierra, agua).Los movimientos
no rectilíneos son siempre violentos o forzados por
algo exterior al cuerpo que se mueve así. Es decir, suponen una violación del
orden natural. Además, todos los movimientos se realizan de acuerdo a un fin:
el mantenimiento del orden del conjunto. Si el orden se altera, la naturaleza
tiene los mecanismos adecuados para restablecer el orden necesario y justo.
La
cosmología aristotélica es teleológica. El fin, telos, es
inmanente a los cuerpos e intrínseco a la materia, ya que es la forma (morphé),
la esencia o naturaleza de los compuestos hilemórficos, la que determina, como
su causa, su comportamiento y desarrollo; su destino. Dentro del conjunto total
del cosmos, la tierra (que no es un planeta para Aristóteles) ocupa el centro
necesariamente. Al estar compuesta del elemento tierra en su mayor parte, tiene
forzosamente que ocupar el centro del cosmos, su lugar natural. Por lo tanto
estamos en una concepción geocéntrica del universo.
La región supralunar es la región que abarca
la luna y todo lo que se halla más allá de ella: cinco planetas o "cuerpos
errantes" (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), el sol y las
estrellas. Esta región es absolutamente diversa de la región terrestre: aquí
impera el orden, la armonía, la regularidad. Y ello es así porque los cuerpos
celestes no se componen de los cuatro elementos terrestres, sino de éter,
"lo que siempre corre", que es un material sutil, óptimo,
imponderable y transparente. El éter o la quinta esencia es un elemento incorruptible
y eterno que le otorga al cielo una homogeneidad y perfección que no poseen los
cuerpos terrestres. Los cuerpos celestes, compuestos de éter, no vagan por el espacio
vacío, que es inexistente. Los planetas y las estrellas están sujetos
a unas esferas de éter que son movidas por motores inmóviles, desplazando a los
cuerpos que en ellas se encuentran. Gira la esfera y no el planeta en el vacío.
Aristóteles
no podía explicar los movimientos a distancia: la gravedad,
así que tomó el modelo geométrico de Eudoxio de las esferas
homocéntricas para construir su cosmología. El universo es esférico, finito,
formado por esferas que se hallan unas dentro de otras, siendo la central la
tierra y la última esfera o la que rodea a todas las demás, la esfera de las
estrellas fijas (constelaciones).
Ya metidos en harina, vamos con el primer filósofo medieval que tenemos que tratar. Como miembro de la patrística, S. Agustín se ve en la obligación de fundamentar el naciente cristianismo. Su planteamiento está condicionado por su juventud donde practica otras religiones y otras respuestas a las cuestiones que finalmente el cristianismo le resolverá. para ver la trayectoria que seguirá esta autor se puede usar esta presentación
Quizá pueda quedar más clara la cuestión si atendemos al siguiente vídeo. La música no es la más adecuada para tratar la filosofía medieval pero si van apareciendo los temas fundamentales de este periodo que puede servir para tener una visión panorámica de lo que se pretendía y así comprender mejor los que trata de hacer S. Agustín con su obra y sobre todo, contra quien la hace.
Una vez trabajada esta información, a partir de comentarios a esta entrada, será conveniente poner el esquema de exposición de este autor para las cuestiones que propone la universidad (conocimiento, ser humano, Dios, moral y política) destacando los conceptos que se explicarán en cada uno de los puntos.
Llega la hora de trabajar. Uno de los condicionamientos más claros de la Filosofía medieval fue la aparición del cristianismo. A partir de la imagen que se propone sería interesante que se comentase los elementos que esta religión trae y que deben ser conjugados con la filosofía pagana que los autores medievales conocen y que usan para dotar de cuerpo doctrinal a esa nueva forma de pensamiento. Dichos elementos se han explicado en clase y lo que habrá que comentar es las diferencias que suponen respecto a la mentalidad de Platón y Aristóteles. Como pista conviene hacerlo respecto a conceptos tales como alma, voluntad, ética, ser humano y visión de la naturaleza.
El mensaje bíblico como novedad a coordinar con la mentalidad griega
Como se indica en la introducción del blog, la finalidad que se persigue es servir de complemento a las explicaciones de los autores del denso programa de la asignatura. Aunque se comprenda con relativa claridad los que los autores plantean, se pierde mucha eficacia de estudio a la hora de explicarlos, de ponerlos negro sobre blanco en los exámenes. La información que se dará aquí no será tanto técnica como práctica. Se suministrarán pistas de redacción, de cómo enlazar la información, de la forma en que algo bien redactado y correctamente articulado brilla más de cara a la innombrable prueba de junio.